Querida Beverly: Con mucha pena me entero recién de la muerte del querido Howard. Me hubiera gustado acompañarte en ese momento, pero lo hago ahora con mucho afecto y con el mejor recuerdo del amigo y colega librero. Siempre voy a recordar sus reiteradas visitas a Buenos Aires y su recorrida por las librerías de los amigos. Hace muchos años me lo presentó el viejo amigo Ezequiel de Elía y desde entonces siempre me visitaba en mi casa. Nos dimos un abrazo con mucho cariño sin saber que sería el último. Como dijo Borges en un poema memorable: "Si para todo hay término y hay tasa y última vez y nuca más y olvido, Quién nos dirá de quién, en esa casa sin saberlo nos hemos despedido". El mejor recuerdo para este viejo amigo que trabajó tanto por la difusión de la cultura sudamericana en los Estados Unidos. Los libreros de Buenos Aires siempre lo recordarán con cariño. Un saludo muy afectuoso, Alberto Casares